PARAPENTE DE DISTANCIA EN CHILE

Desierto de Atacama IQUIQUE
Chile puede considerarse como uno de los paraisos todavía por explotar en el mundo del parapente tal como ya lo son Sudafrica, o Australia. La región norte del país alberga una de las laderas más impresionantes por su extensión y sus posibilidades para el vuelo libre que existen.

Aunque sin pretensiones pero sí con la ilusión que provoca el viajar a uno de estos lugares, cuyas condiciones de vuelo a nosotros se nos hacían impresionantes , varios pilotos españoles nos disponimos a volar a Chile, y nunca mejor dicho, nuestro interes se centraba en volar sobre la cordillera costera del pacífico en la región de Antofagasta, al norte de Chile cerca de la frontera con Perú, todavía poco conocida y con un verdadero potencial de records. El tramo de ladera con condiciones para el vuelo supera los 200 km, por lo que las posibilidades eran extraordinarias. La región, de paisaje árido alberga el desierto de Atacama considerado como el más seco del mundo pues posee el indice de humedad más bajo de todos. Los motivos que nos impulsaron a realizar este viaje, fue la posibilidad que nos ofrecía la federación Chilena de vuelo libre para poder sobrevolar la zona, pues ellos fueron los encargados de mediar ante las autoridades y fuerzas del ejercito y solicitar los permisos pertinentes ya que gran parte de esta región y principalmente la zona donde se pretendia volar estaba restringida a maniobras militares y custodiada por ellos; además de preparar la infraestructura necesaria para posibilitar las recogidas de los pilotos y salvaguardar la seguridad de estos; en una región tan despoblada como esta, su apoyo fué básico para el desarrollo de esta empresa. La intención de la federacion Chilena organizando este primer encuentro internacional de parapente, fue el de intentar la consecución de un nuevo record del mundo de distancia, dando a conocer de esta forma esta zona como un paraiso para el parapente.

Realizar un vuelo de varias horas tal como cabía la posibilidad de efectuar con un kilometraje que para nosotros se nos hacía increible y que seguramente supondría nuestra máxima distancia de vuelo, y como no, sobrevolando parajes de una belleza acogedora sea por su magnitud como por las condiciones extremas de una naturaleza tan dura, ademas de tener que cruzar algunas zonas delicadas por la dificultad que suponía el rescate en caso de aterrizar en ellas, o el peligro de caer en algunas de las zonas militares existentes destinadas a campos de tiro y que se encontraban llenos ademas de multitud de pedazos de metralla, de munición sin explosionar convertirian a este viaje en toda una aventura. Volar los 200 km. en parapente, suponían más de 8 horas de vuelo, un tiempo que ninguno de nosotros había volado nunca, ademas con la incognita de saber si las condiciones metereologicas y nuestro nivel de pilotaje estarian a la altura de las circunstancias, hacian que esta empresa fuera verdaderamente dificil de conseguir.

Tras varia horas de vuelo fatigoso desde Santiago en un Hercules que el ejercito había puesto a disposición de los pilotos que habían llegado a la capital al igual que nosotros, llegamos a la ciudad de Iquique. Con una población que supera los 150.000 habitantes, esta ciudad subsiste ademas de la explotación de las minas de sal y litio que posee, del comercio que ofrece la zona franca, libre de impuesto. La ciudad que tuvimos ocasion de contemplar tanto desde tierra como desde el aire, posee un encanto no tan solo por las caracteristicas urbanisticas si no por su emplazamiento, rodeada por impresionantes dunas como la "Duna de Dragón" de más de 300 m. de altitud que le confieren un aspecto fastasmagorico. El recibimiento por parte de las autoridades, en la plaza del ayuntamiento le dio un color pintoresco al encuentro, y luego y sin mas preambulos nos dirigimos hacia la zona desde donde efectuariamos el primer vuelo, se trataba de unas minas de sal , Patillos, situadas a 60 km de Iquique. El vuelo que debimos efectuar, fue espectacular, volando a veces sobre la misma costa y en otras a varios km de esta, pero siempre con la referencia que el oceano nos proporcionaba, fuimos cruzando planicies interminables de dunas, con una altura que oscilaba entre los 500 y 1000 m. hasta alcanzar la ciudad de Iquique, solo seis pilotos de los 90 que en un principio salieron conseguiríamos completar la distancia, despues de casi 3h. de vuelo; realmente era impresionante observar esta ciudad desde el aire a casi 1000 m. sus calles y avenidas perfectamente delimitadas como si se tratara de una figura geométrica, no en bano esta ciudad no tiene mas de 50 años fuimos rodeandola para cruzarla posteriormente hasta la misma playa donde aterrizariamos.

El resto de los días estaríamos acampados en una pequeña aldea de pescadores, a 100 km al sur de la ciudad. Cada día a las 6 de la mañana, nos levantábamos y tras almorzar y revisar los equipos nos trasladabamos 100 km. más al sur, recorriendo una pista tortuosa y arenosa que circulaba entre la costa y la impresionante ladera de más de 1000 m. que deberiamos sobrevolar en sentido inverso con la intención única de intentar alcanzar la ciudad de Iquique a 200 km. Los despegues cada día los efectuariamos de puntos diferentes, pues las condiciones atmosfericas nos iban jugando malas pasadas, unas veces por mucho viento y otras por poco hacian que los vuelos se efectuaran demasiado tarde para poder conseguir nuestra meta, ademas la capa de nubes que todos los días condensaban en la misma cresta de la ladera, haría imposible sobrevolarla por encima, lo que nos ocasionaba graves problemas para cruzar las llanuras más extensas que terminaban, tarde o temprano con nuestro vuelo. Ya cuando conseguíamos despegar y tras remotar mas de 500 m., pues el despegue lo efectuabamos con tan solo cien metros de desnivel, intentabamos conseguir el mayor numero de km. que el día nos permitiría. El vuelo más largo que pudo efectuarse durante los dias que estuvimos fué de 90 km. que aunque parecía poco por la prespectivas que cabía esperar, realmente fué importante con las condiciones de vuelo que nos encontramos, la nota negativa fue el accidente de un piloto venezolano que perdio el control de su vela al sobrevolar muy cerca de la ladera, la colisión con el viento de cola le destrozo la placa de protección y le ocasiono varias fracturas, el rescate una odisea, el helicóptero del ejercito, y los carabineros de río Loa colaboraron en el rescate que se demoro hasta el crepusculo. Esperemos que la próxima vez que podamos volver los dioses del tiempo sean mas benevolos y nos ofrezcan unas condiciones metereológicas mejores.

1 comentario:

Haroldo Horta dijo...

Hace 21 años de eso...como paso el tiempo. Yo estaba recién empezando a volar parapente, tenia solo tres años y estaba fascinado con este deporte. Dos años antes la asociación de vuelo libre me encomendó la misión de explorar este lugar para ver el potencial de vuelo...Llegue a Iquique y arrende un taxi con chofer incluido, le puse un radio y nos fuimos al sur...encontramos un lugar para despegar llamado Patillos, de ahí arranco una historia que no ha parado mas. Las campeonatos se organizan cada año mejor y son ya millares los pilotos que han surcado estos cielos. Gracias por tu relato amigo. Me trajo grandes recuerdos.