TAILANDIA

Bangkok - Ayuthaya - Valle del río Kwai - Chiang Mai - Selva y tribus del norte (Triangulo del Oro)

Tailandia, conocida también como el país de las mil sonrisas por su carácter amable y acogedor de sus gentes, despreocupadas de la voracidad materialista, y muy apegadas a sus creencias religiosas. Historicamente fue encrucijada de diferentes culturas y pueblos, chinos, indios, indonesios y ahora occidentales, pero es la única nación del sudeste asiático que no ha sido colonizada nunca por un país occidental. Aunque con una precaria estabilidad política y social, ofrece al viajero aquella atmosfera oriental tan peculiar y fascinante.

Aprovechando las ofertas de los tours operadores, que ofrecían paquetes por 90.000 Ptas. con vuelo chárter y 6 días de hotel en Bangkok, y con la flexibilidad de poder volver mas tarde, programamos nuestro viaje de 15 dias. A nuestra llegada al aeropuerto un representante de la operadora nos estaba esperando para trasladarnos al hotel. Era ya de noche y la humedad alta, característica del mes de septiembre, época aun de monzones. Bangkok reúne la modernidad de una capital actual, con la nostalgia de las antiguas ciudades orientales. Es una ciudad caótica, ruidosa y con una alto grado de polución. Posee una buena red de autobuses y taxis, pero la forma más ágil de moverse es en tuk tuk (triciclos motorizados) el inconveniente es que tragas mucho humo de los coches y a veces te hacen perder el tiempo en paradas intencionadamente comerciales.

Thomburi
Bangkok era conocida como la Venecia de oriente por la multitud de canales, llamados klongs, aunque en la actualidad únicamente se concentran en la antigua capital de Thonburi ahora considerado como barrio al ser absorbido por la ciudad de Bangkok, que al convertirse en la nueva capital empezó a rellenar y asfaltar sus canales para construir sus nuevas avenidas, y calles.

Nuestra visita a este barrio nos impresiono mucho pues a diferencia de la nueva Bangkok, esta parte de la ciudad ha quedado anclada en el pasado manteniendo ese carácter lacustre que antaño dio fama a Bangkok. Es un barrio antiguo donde las callejuelas húmedas, oscuras y mugrosas dan acceso a los canales autenticas vías de comunicación. Tuvimos que callejear un poco para llegar al río Chao Praya desde donde tomamos una de esas barcazas, góndolas motorizadas, que pueden encontrarse en los concurridos embarcaderos que pueblan el río, y que nos permitirían visitar esta parte de la ciudad surcada de canales, ahora casi desbordados y de color chocolate característico por el lodo que contienen a causa de las abundantes lluvias que hay en esta época de año. Adentrándonos en este laberinto de canales pudimos darnos cuenta que la verdadera ciudad estaba aquí, con sus gentes humildes observado tumbados en sus hamacas o tranquilamente desde el porche de sus humildes casas de madera el discurrir de las barcazas, dejando pasar el tiempo, o bañándose para refrescarse del sofocante calor que nos castiga, pero todo ello lejos del caos y estrés que ofrece la otra parte de la ciudad. Durante el paseo una pequeña parada al museo de las canoas reales de siglos pasados y hechas a mano.

Bangkok
Aunque Bangkok presenta una amplia oferta hotelera es en Kaoshan Road, conocido como barrio de los mochileros, donde se concentran y se encuentran la mayor parte de los guesthouse (casa de huéspedes) de la ciudad, convirtiéndose además en un gran mercado de agencias de viaje, puestos de comer, tiendas de ropa, falsificaciones, discotecas, cafés locales de alterne y prostitución. En cuanto a restaurantes en Bangkok encontraremos de todos los estilos y clases por lo general bastante baratos, pero son la marisquerías las que se llevan el gato al agua de visitantes principalmente occidentales. Asi que no nos resistimos a probarlos y nos vamos a cenar marisco a uno de ellos, aquí le laman seafood, es muy barato y te lo cocinan a tu gusto. El ritual es curiosos, primero pasas a una sala donde coges el producto que quieres con unos carritos, igual que un supermercados y pasa por caja a pagar, luego te vas al comedor y un cheff te preguntara como quieres que te lo cocinen. La verdad es que nos pusimos las botas.

- Mercados de Bangkok; Andar por esta ciudad es realmente una aventura culinaria pues las calles están repletas de puestos de comida, fruta y batidos, los tailandeses siempre comen por la calle. Además es increíble la voracidad comercial de esta urbe donde encontramos multitud de mercados y puestos callejos donde se vende de todo, por ello no es una mala idea viajar a Tailandia con la mochila casi vacía, y volver con ella llena. El mercado Nocturno de Patpong donde encontraremos principalmente imitaciones de Gucci, Louis Vuitton, Prada etc. y como no el mayor comercio sexual de Asia. El vibrante y ruidoso Chinatown el barrio chino una enorme puerta ceremonial china marca la entrada es el mejor lugar para comprar oro aunque también se encuentra de casi cualquier cosa que puedan imaginar Pahurat o mercado indio muy cerca del anterior especializado en tejidos.

Tailandia es un país de costumbres y creencias ancestrales, prueba de ello son la cantidad de pequeños altares que pueden encontrarse por la calle y en la entrada de los edificios, son como pequeñas casitas o templos instalados en lo alto de un pilar donde según ellos habitan los genios, guardianes y protectores del hogar, rindiéndoles culto a diario con ofrendas (flores y alimentos). Pero el culto a estos seres no es incompatible con el Budismo que profesan y que en únicamente en Bangkok ya cuenta con más de 300 templos (wats)

- Templo de la montaña de oro, Decidimos ir paseando desde Tomburi hasta el centro de Bangkok y por el camino encontramos este templo, situado en lo alto de una pequeña colina artificial de 75 m de altura con un gran chedi central recubierto de pan de oro y que encierra parte de las cenizas de Buda. Se accede por una escalera exterior en espiral y desde su terraza podemos presenciar una visión panorámica y circular de toda la ciudad. Aquí nos encontramos con algunos monjes jóvenes, en Tailandia la tradición manda que los hombres deban pasar al menos 3 meses como monjes, periodo en el que deberán acatar sus rigurosas normas de vida y aunque les gusta conversar con los foráneos son reacios a que les toquen y siempre se mantienen a cierta distancia. Seguidores del budismo de Theravada donde el color naranja de sus túnicas les distinguen de los seguidores de Mahayana en Nepal donde su indumentaria monjes es de color rojo.

- Wat Pho; es el templo más antiguo de Bangkok y grande de Tailandia y alberga un buda tumbado de 46 m de largo por 15 de alto. Aquí se encuentra además la primera universidad del país y escuela nacional de masaje tailandés tradicional, muestra de ello son la gran cantidad de frescos y dibujos en las paredes de los chedis sobre acupuntura, masaje y sanación. Es pues muy interesante aprovechar esta visita para darte un buen y autentico masaje tailandés a manos de un monje budista. Aquí con sesiones de casi 1h y lejos de disfrutar del masaje relajante que podemos tener en mente, nos estrujaron sin piedad cada uno de los músculos del cuerpo. El masaje tailandés se realiza aplicando presión utilizando dedos, palmas, codo puños, antebrazo y rodillos sobre los diferentes músculos del cuerpo, todo ello sin utilizar ni lubricantes ni aceites.

- Wat Phra Kaew, conocido como el templo del buda esmeralda, aunque realmente es de jade verde tallado de una sola pieza. Es el Buda más venerado de Tailandia, y el templo que lo alberga, uno de los más impresionantes y fastuoso del país. Impresionantes son sus dos estatuas gigantes que custodian su entrada. No es un templo como los demás pues en el no reside ningún monje, sino la capilla del Palacio Real que se encuentra en el mismo recinto.

- Palacio Real, aunque dejo de ser residencia real, se celebran en él aun muchas acontecimientos oficiales. La entrada a los templos y edificios públicos tiene un costo de entrada, y obligan a seguir unas normas rigurosas de vestimenta, llevando el cuerpo cubierto completamente incluyendo los pies.

- El gran columpio, aunque solo quedan los pórticos pintados de rojo, fácilmente se puede imaginar el tamaño de este columpio que utilizaba una vez al año como parte de una ceremonia religiosa que se suprimió en 1932 y en los participantes arriesgaban su vida. Formando equipo de cuatro personas se hacia balancear la barquilla hasta conseguir la altura suficiente para alcanzar un bolsa de monedas de plata que se colgaba en el extremo de un mástil de 23 m de altura. Ero con la dificultad de tener que cogerla con los dientes Cuando la barquilla alcanzaba su plenitud se conseguía llegar a 25m. por encima de los pórticos del columpio de 24 m. El balanceo simbolizaba la salida y puesta del sol pues era esa su orientación. Cuando ocurria un accidente se consideraba un mal presagio y para conjugarlo solo había una solución, acabar con el responsable, si es que todavía no había muerto.

- Mercado flotante de Damnoern Saduak, Aunque no es el único, es el más accesible para los turistas celebrándose diariamente. Decidimos contratar un transporte particular la misma mañana pero lo más aconsejable es irse la noche anterior y alojarse en alguno de los pequeños hoteles de la zona para luego levantarse pronto y ver como se prepara el mercado antes de que lleguen los numerosos grupos de turistas inundando con las cámaras todo el lugar. La visita a este mercado nos permito conocer la forma original de comerciar de estas gentes que utilizan los canales para desplazarse y llegar hasta aquí con esas canoas de madera gobernadas generalmente por mujeres con sus peculiares sombreros, moviéndose y desplazándose en total anarquía. Y aunque en la actualidad este mercado está mas dirigido para el turismo es realmente interesante.

- Nakron Pathon aprovechando la excursión al mercado flotante para visitar esta impresionante pagoda considerada como la mayor de toda Asia con 127 m. de altura Rodeada de un claustro abierto es un santuarios muy venerados tal y como fuimos testigos, donde los fieles aplican pan de oro, que venden en la entrada de la pagoda sobre las figuras de Buda que hay en los claustros.

Ayutaya
Pero si Bangkok representa la modernidad, Ayutaya Patrimonio de la Humanidad simboliza el pasado. Antigua capital de Siam, fue abandonada en el S.XVIII, por motivos de seguridad, por no poder garantizar la seguridad ante los continuos ataques birmanos. Aunque despojada de sus maravillas, y sumergida durante varios siglos en el silencio, todavía hoy refleja aquel esplendor y poderío que tuvo en su día, y que fueron descritas por los numerosos viajeros y embajadores occidentales que la visitaron en la época, muestra de ello son los templos (Wats), pagodas (Stupas) y edificios que encontramos, muchos aun por restaurar rodeadas de vegetación donde se advierte de la presencia de serpientes, evocadoras ruinas de una de las ciudades antiguas mas celebres del mundo. Situada a unos 100 km de Bangkok, contratamos los servicios de un taxi, para llegar hasta allí, y que tuvimos a nuestra disposición durante todo el día. Aunque también se puede llegar en tren o en bus y allí contratar un tuk tuk o alquilar unas bicis para desplazarte por los diferentes lugares de interés.

- Wat Yai Chai Mongkon, es uno de los monumentos más antiguos de la ciudad, la base del monumento está adornada con 135 estatuas de Budas
- Wat Phanan Choeng; en su interior se encuentra el mayor Buda de ladrillo de Tailandia la estatua sentada alcanza los 19 m y está recubierta de pan de oro. Los fines de semana y festivos los fieles suelen ofrecer danzas y canciones lo que le convierte en un verdadero espectáculo
- Wiharn Para Mongkon Bopti, un monasterio que alberga las figura de bronce más grande del país.

El valle del río Kwai
Pero si Tailandia levanta admiración por su presente y su historia antigua, también provoca escalofríos su reciente pasado. Durante la segunda guerra mundial, el país fue utilizado por los invasores japoneses como lanzadera para sus posteriores ofensivas. La construcción de la línea férrea que uniría este territorio con la vecina Birmania, actualmente Myanmar, empaño con ríos de sangre esta región. El valle del río Kwai conocido principalmente por las películas que se rodaron aquí de temática velica narrando algunos capítulos de la II guerra mundial, y lejos de lo que fue, se ha convertido en la actualidad en un lugar de descanso y paz para los tailandeses, que buscan aquí un lugar de recogimiento y contacto con la naturaleza,. En la estación de Kanchanaburi tomamos el tren para viajar en el histórico Tren de la Muerte en un viaje de 2 horas por el valle junto al río hasta la última estación de la línea, Nam Tock desde donde nos recogen en furgoneta para trasladarnos al complejo River Kwai Jungle
www.riverkwaijunglerafts.com un sencillo hotel flotante en el río, sin energía eléctrica, pero bien acondicionado, donde pudimos disfrutar de una tranquilidad y paz, en un entorno de natural extraordinario.

A primera hora de la mañana un paseo en botes típicos por el río para visitar las cuevas de Lava Kaeng, una larga subida por entre un espeso bosque de bambú nos llevara hasta la entrada de esta cueva a la que te acompaña con una lámpara un granjero que regenta una pequeña taberna a los pies de la caverna. De vuelta al hotel y después de comer nos traladaron hasta la estación de tren de Nam Tock para regresas a Kanchanaburi antes de cruzar el famoso puente de Río Kwai en Kanchanaburi el tren efectúa una pequeña parada de 20’ para pasear sobre él aunque realmente es una réplica pues el original fue destruido en un bombardeo. En Kacnchanaburi visitamos el Museo Hellfire, en donde conocimos la historia de la construcción del famoso tren que dio nombre a la película y una visita al cementerio de los aliados, que realmente impone, y regresamos en bus a Bangkok.

Chiang Mai
Es la segunda mayor ciudad de Tailandia y aunque hoy en día está bien comunicada, en los años veinte la única forma de llegar era efectuando un difícil viaje por el río Chao Phraya, o por tierra, a lomos de elefantes, en cualquier caso una larga travesía que podía durar varias semanas. En la actualidad, unos autobuses nocturnos efectúan el viaje de 700 km. en unos 12h. y mas confortablemente en tren, aun que la manera más rápida sin duda es en avión y aunque Chiang Mai ha dejado de ser el fin del mundo para los tailandeses, sigue siendo el fin de Tailandia. Considerada como la Sangri-la, por sus hermosos paisajes, y el agradable clima tan diferente a la sofocante humedad de Bangkok, atrae también al visitante por la hospitalidad de sus gentes y su riqueza cultural, salpicada de hermosos templos.

Llegamos sobre las 07h. de la mañana a la estación de buses de Chiang Mai, y un taxi nos traslado hasta el centro de la ciudad para buscar una guesthouse en donde alojarnos, encontramos el Chian Mai Thai House.
www.chiangmaithaihouse.com era agradable y barato y ellos mismos nos arreglaron el trekking a las tribus del norte de 4 días. Toda la jornada la empleamos para conocer la ciudad que se recorre sin dificultad a pie o en los ruidosos tuk-tuk. Hay 300 templos en Chiang Mai los mismos que en Bangkok y algunos son auténticas joyas de la arquitectura religiosa. Nuestra primera visita fue al monasterio del Doi Suthep, situado a las afueras de la ciudad en lo alto de una colina que sobresale de ella más de 600 m. y lo que nos permitió disfrutar de una magnífica panorámica de la llanura de la cuenca de Chiang Mai. Está considerado como un símbolo para la ciudad y lugar importante de peregrinaje. También y entre los imprescindibles que visitamos fue el Wat Phra Singh, el templo del señor león y fundado en 1345 y uno de los edificios más bellos de la ciudad, el Viharn Lai Kam de estilo lanna tardío (1806-1811), construido en madera con su característico techo bajo de varios niveles y frontón dorado de exquisitos grabados.

- Ruta de los artesanos, ya por la tarde visita a los talleres de artesanos. Desde el puente de Nawarat y durante los 13 km de carretera hasta el pequeño poblado de San Kamphaenga, se concentra la mayor parte de actividades artesanales e industriales de la región, estando plagado de talleres donde se trabaja la madera, la seda, el metal o las piedras, fabricando sombrillas y abanicos de papel, lacando cajas, creando joyas, esculpiendo la piedra, grabando el marfil, o diseñando muebles de teca. Los puestos instalados en la planta baja de las viejas barracas de madera a dejado paso a las tiendas ultramodernas y climatizadas, aunque los talleres siguen estando en la trastienda permitiéndote visitar para observar, cómo se pinta un abanico, el complicado sistema de aplicación de cera a una tela, la paciencia para lacar una caja de madera o todo el proceso de la seda, desde los gusanos hasta la obtención del hilo a partir del capullo. Manteniendo y desarrollando todas las técnicas tradicionales La mejor forma de visitar esta ruta es en taxi o tuk tuk. Aunque ellos perciben una comisión de las tiendas a las que te llevan, te esperaran a la puerta para trasladarte hasta la siguiente. Ya por la noche una buena cena para terminar con un distraído paseo por el mercado nocturno, de la calle Chang Klan donde encontraremos de todo.

Trekking por la selva y las tribus del norte
Para terminar de conocer Tailandia y su cultura, una de las experiencias más recomendables es realizar un trekking por la selva visitando las aldeas donde aún subsisten tribus ancestrales que todavía viven en relativo aislamiento, son 10 tribus reconocidas, y se calcula que su población es de 500.000 personas, un mosaico étnico cuyos rasgos difieren mucho del resto de la población Tai. Pudimos conocer en su medio ambiente natural, akhas, lahus, lisus, karens y meos. Llegar hasta ellos supone una pequeña aventura, aunque desgraciadamente cada vez más explotado por el turismo de masas lo más adecuado y económico es contratar el trekking con alguna agencia local.





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